La noche más larga del año marca el comienzo de un nuevo ciclo de la naturaleza y de todos los seres que la componen.
Entre el 21 y el 24 de junio se produce solsticio de invierno. Es el día en que el sol está más lejos de la tierra, donde el día es más corto y la noche más larga. Al ser un fenómeno de la naturaleza la fecha puede variar según los procesos astronómicos, pero cuando éstos lo indican, todos los pueblos indígenas de América del Sur conmemoran el comienzo de este nuevo ciclo de vida de la madre tierra.
El solsticio de invierno es el momento en el que se produce el pasaje del otoño al invierno. Este fenómeno de la naturaleza –que no todos los años sucede en la misma fecha ya que depende de procesos astronómicos- marca para los pueblos indígenas el comienzo de un nuevo ciclo. Es durante este tiempo cuando se produce una de las celebraciones más importantes en la vida de los pueblos y comunidades indígenas de América del Sur.
Los pueblos indígenas de nuestro país celebran, con distintos nombres según la región y el pueblo, el comienzo de este nuevo ciclo de vida de la madre tierra. En Argentina, desde Jujuy hasta Tierra del Fuego, los pueblos indígenas celebran este evento. Estas celebraciones tienen sentido y están vinculadas a la renovación e inicio de un nuevo ciclo de la naturaleza y todos los seres que la componen. La forma en que este festejo se lleve a cabo va a ser diferente de acuerdo a cada pueblo y dependerá de las prácticas culturales y de la geografía del territorio de cada uno de los pueblos.
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